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La Doctora en Química Carolina Garín de la PUCV está investigando la biocorrosión que se genera en la bahía de Quintero, polo industrial que por la polución marina y atmosférica acelera el proceso.

La docente explica que «la biocorrosión es la corrosión acelerada por microorganismos en el medio marino», este proceso afecta «a estructuras metálicas, a hormigones y a varios materiales que estén en contacto con el agua y puede tener un impacto en la flora y fauna y en las personas», a de lo cual la docente asegura «en Chile no hay estudios sobre cuál es ese impacto real».

El objetivo de este inédito estudio sobre la biocorrosion es conocer el proceso haciendo estudios biológicos y toxicológicos, pero al menos en el aspecto químico y poder evitar una tragedia en el borde costero.

 

Peligros y problemas

Actualmente no se conoce que materiales son más adecuados para las estructuras costeras y se reconoce que nuestra costa tienen diversidad de climas y condiciones que afectan la biocorrosión.

 

Trabajo realizado

Para este estudio y muestro se sumergió en mayo una jaula de PVC a dos metros de profundidad y anclada a la boya del Cristo Sumergido. «Una profundidad donde hay más ‘fouling’ que es donde se adhiere más musgo y alga a los muelles y estructuras».

Carolina comenta «En la jaula pusimos probetas de acero utilizado en embarcaciones y estructuras de puertos, donadas por Asmar Valparaíso. Algunas las pintamos con pintura sola donada por EPOTHAN, otras con pintura con nanomateriales y otras con pintura y nanomateriales funcionalizados”.

Una vez que se tengan los resultados de estos estudios, la investigadora sugiere replicarlos en todo el borde costero y poder obtener informaciones que ayuden a prevenir graves consecuencias como las que ya han ocurrido por problemas de la carencia de información, ya que no se sabe cuáles son los materiales adecuados para utilizar en las estructuras costeras, las cuales podrían colapsar anticipadamente, como ocurrió en mayo pasado, en un puerto de Iquique, donde cedió un cargador mientras hacía un trasvasije, según cuenta Carolina.

Desde la Capitanía de Puerto quinterana valoraron la iniciativa, pues «permitirá evitar situaciones de riesgo», indicando que «la gestión de riesgos es fundamental en bahías tan importantes como Quintero, pensando en la gran cantidad de combustibles que se transfiere. Lo que queremos son mares más limpios y seguros.

Como EPOTHAN, estamos comprometidos a colaborar facilitando muestras de nuestros revestimientos antifouling que retardan la biocorrosión para la continuidad de estos trabajos de investigación.

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